La Morenita volvió a brillar en una noche plagada de estrellas
La Morenita volvió a procesionar para conmemorar el 798 aniversario de su Aparición, en una noche de reencuentros y emociones, bajo un cielo plagado de estrellas, donde Ella fue la estrella que fue guía de las almas que entorno a su sagrada imagen se dieron cita, gentes venidas de diferentes puntos de España y del mundo.

Actualmente, es una celebración poco conocida. Aunque la era de internet, donde todo se globaliza, cualquier evento hace que llegue a todo el mundo, la Fiesta de la Aparición es una celebración mucho más íntima que la Romería, con diferencias evidentes en cuanto a la procesión, pero guardando los mismos actos que la romería abrileña.
Las altas temperaturas como protagonista, y menor afluencia de público con respecto años anteriores. Al caer la tarde, la Cofradía Matriz se presentaba ante la Santísima Virgen de la Cabeza, para posteriormente, dar paso a las presentaciones de todas las cofradías filiales, donde la Matriz de Andújar, junto a la Comunidad Trinitaria, las recibían a los pies del presbiterio, y ante la imagen de la Morenita que aguardaba en su camarín.
Cerca de las 23:00 h. de la noche, la Virgen de la Cabeza salía de su Santuario para ser trasladada hasta el Altar exterior, y presidir la Misa Pontifical. Una vez finalizada, mientras se rezaba el Santo Rosario, las cofradías comenzaban a ordenarse formando el cortejo que precede a la Sagrada imagen de la Virgen en procesión, incorporándose a la calzada pasadas las 1:00 h. de la madrugada. Era el momento más esperado, la salida de la Virgen de su Santuario y su posterior procesión alrededor del Cerro donde se enclava su Real Santuario.
Miles de personas se concentraban a lo largo de la calzada principal, por donde desciende la Virgen de la Cabeza a hombros de sus anderos, hasta llegar a la Plaza del Poblado donde la recibían entre aplausos y vítores cientos de personas. La Virgen volvía a su Santuario ascendiendo por la carretera, dejando bonitas estampas para el recuerdo, entre el clamor de los devotos que la acompañaban y el silencio de la noche en Sierra Morena. De este modo regresaba la Virgen a su camarín pasadas las 3:00 h. de la madrugada.
A diferencia de la Romería, la Virgen de la Cabeza procesiona en su templete sin ser custodiada por los padres trinitarios que sí lo hacen tradicionalmente en su Fiesta Grande. Pasea en la noche, con gran recogimiento y de manera más íntima. Este año, de manera excepcional, la Virgen se presentaba desprovista de sus vestiduras y atributos militares y civiles, dejando ver la gran belleza de la talla, tal y como fue esculpida por el imaginero José Navas Parejo el año 1944.
Sobre sus hombros, el manto de su Coronación Canónica del año 1909, y las coronas del I Centenario de su Coronación, del año 2009. Una estampa para el recuerdo. Y será en Abril del año que viene, cuando de nuevo, al despertar la primavera, la Reina de Sierra Morena vuelva a cubrir con su manto a las miles de personas que se den cita en su histórica y multitudinaria Romería.
